Olé Olá

Historia de Olé Olá

Olé Olá nació en 1995 como Asociación Cultural cuando un grupo de madres que se reunian en el parque con  sus hijos decidieron  iniciar un proyecto común donde ellas y sus hijos pudiesen hacer cosas juntos.

Y así empezó todo, en una pequeña habitación del Club Social Príncipe de Asturias, bautizada como “El Cuartito”, un lugar donde a ellas inventaban las actividades y sus hijos las llevaban a cabo.

Pintar, crear marionetas, modelar con arcilla, ir de excursión a la playa, cantar el aguilando o preparar actuaciones en el teatro, estaban entre las actividades de la asociación.

Y entonces llegaron los carnavales, y pensaron que ellas también podían disfrazarse, y no sólo eso, que podían presentar una candidata a reina del carnaval. Así que eso hicieron, organizaron al montón de niños y padres que para aquel entonces ya formaban parte de Olé Olá y en 1996 presentaron al “Hada Azul” la primera musa de la comparsa y vistieron a todos los demás de «Pinocho»  

Desde ese momento, no hemos faltado ningún carnaval, llegando a ser la comparsa más longeva del Carnaval de Santiago de la Ribera.   Quizás en los inicios, nuestros disfraces no eran los más lujosos, pero éramos una comparsa muy joven llena de ilusión con el único objetivo de divertirnos en carnaval. 

Durante estos más de 25 carnavales hemos sido de todo:  elefantes, estrellas de mar, patos, bolsas de pan (si esto también)… nuestra técnica mejoró con los años, e incluso nos atrevimos con las espalderas y las plumas (la primera la hicimos con un colador), y nuestro diseños se volvieron más elaborados, siempre sin perder nuestro espiritu.

Ha pasado mucho tiempo desde aquel día en que nuestras madres nos juntaron en un cuarto para salir en carnaval, tanto que ahora nuestras madres son abuelas y ahora somos nosotros los que vestimos a nuestros hijos en carnaval.

Olé Olá ha cambiado mucho desde la primera vez que aparecimos vestidos de pinocho , y no seguiríamos existiendo sin el trabajo de esas madres, que durante 20 años empujaron de la comparsa con su trabajo, y manteniendo una comparsa  donde todo el mundo tiene cabida si tiene ganas de vivir el carnaval.

¡Hemos venido para quedarnos!